viernes, 20 de noviembre de 2009

LAS ROCAS DE LAS LEONIDAS : ROCKS OF LEONIDAS : 岩石莱昂尼达斯

Las Leónidas es una lluvia de meteoros que se produce cada año entre el 15 y el 21 de noviembre. Tiene su origen en el polvo que ha dejado el cometa Tempel-Tuttle a lo largo de los milenios, que se quema al ingresar a la atmósfera de la Tierra cuando esta cruza su órbita. Cada 33 años, las Leónidas muestran un pico de actividad, y se espera que en 2009 podamos ver caer más de 500 meteoritos por hora. Si bien su pequeño tamaño no supone ningún peligro, bien vale la pena pasarse una noche en vela solo por los trazos rojizos que dejarán en el cielo nocturno.




Seguramente alguna vez has visto lo que muchos llaman “una estrella fugaz”. A pesar de su nombre, estos bólidos nada tienen que ver con las estrellas: son simplemente pequeños fragmentos de polvo espacial que se queman al hacer un -muy- rápido ingreso a la parte superior de la atmósfera terrestre. En una noche despejada es bastante fácil -si se tiene la paciencia suficiente- lograr ver uno o dos de estos pequeños meteoritos. Sin embargo, hay fechas en la que su número es muy elevado. ¿Por qué sucede esto? Fácil: hay momentos en que la órbita de la Tierra atraviesa el polvo que algún cometa ha ido dejando a lo largo de su órbita. Los cometas van “perdiendo” parte de su material a medida que se desplazan en sus órbitas, sobre todo cuando se encuentran relativamente cerca del Sol. Esto se debe al calor que funde los fragmentos de hielo que se encuentran en su cabeza, generando gases y desprendiendo millones de pequeños pedazos de roca que conforman su “cola”. Todo ese polvo “ensucia” el espacio y, cuando tenemos la suerte que la Tierra pase por ese sitio, se producen verdaderas “lluvias de estrellas”.



En el caso de las Leónidas, el polvo en cuestión pertenece a un viejo conocido de los astrónomos, el cometa Tempel-Tuttle. Fue el astrónomo norteamericano H.-A. Newton quien demostró, en 1864, que las brillantes lluvias de estrellas que habían sido descritas por historiadores a lo largo de los últimos 1000 años -en 902, 931, 934, 1002, 1101, 1202, 1366, 1533, 1602 y 1698- tenían su origen en el polvo desprendido de este cometa. A pesar de que cada año la Tierra atraviesa su órbita, cada 33 años se produce una lluvia mucho más espectacular, en la que se pueden contar incluso varios miles de meteoros por hora. Esto se debe a que la distribución del polvo a lo largo de la órbita no es uniforme, y cuando atravesamos un sitio en el que es más denso tienen lugar “lluvias” más espectaculares. Por ejemplo, el 13 de noviembre de 1833 la costa oeste de Estados Unidos se mantuvo iluminada durante más de seis horas debido a las Leónidas. El espectáculo comenzó poco antes de la medianoche, y un testigo declaró que “su número era como la mitad de los copos de nieve que se observan durante una nevada”. A lo largo de las seis horas se registraron más 240.000 meteoros.



El ciclo de 33 años se debe a que cada esa cantidad de pasadas, la Tierra atraviesa la órbita del cometa en un sitio en que este se encontraba en su perihelio. Desde el primer registro obtenido en el año 902, las fechas anuales han ido avanzando lentamente. Hace 1000 años las Leónidas tenían su máximo el 12 de octubre; en 1202, se habían “corrido” al 19 de octubre; en 1799 se producía en la noche del 11 al 12 de noviembre. Y, en la actualidad, pueden observarse estelas desde el 15 hasta el 21 de noviembre, alcanzando un máximo de intensidad el 18 de noviembre. Los astrónomos del Instituto Tecnológico de California (Caltech) y la NASA ya han anunciado que este año se espera que el espectáculo de las Leónidas sea uno de los más importantes del siglo. En parte, el pronóstico se debe a que el año anterior se produjo un significativo aumento en el número de estrellas fugaces Leónidas, que quebró una sucesión de varios años de lluvias poco espectaculares.

“La noche del 17 de noviembre de 2009 esperamos que las Leónidas produzcan más de 500 meteoros por hora”, dice Bill Cooke de la NASA. “Será un despliegue muy intenso”, asegura. La Tierra atravesará los desechos polvorientos que el cometa arrojó hace más de quinientos años, en 1466. El año pasado nadie esperaba que esta órbita tan antigua produjera una tormenta tan fuerte, pero lo hizo. Los modelos informáticos, como el elaborado por Jeremie Vaubaillon de Caltech, prevén para este año un número aun mayor de impactos. “Tengo un programa de ordenador que calcula las órbitas de los desechos que originan las Leonidas”, explica. “Hace un buen trabajo, incluso prevé encuentros con muy antiguas corrientes de desechos como la de 1466”. Según el experto, el 17 de noviembre de 2009, la Tierra pasará a través del flujo de 1466, pero esta vez más cerca del centro. Basándose en el número de meteoros observados en 2008, Vaubaillon estima que como mínimo deberíamos poder ver “unas 500 o más Leónidas por hora durante unas pocas horas pico, centradas en las 21 horas 43 minutos tiempo universal.”

Las horas comprendidas entre la noche y el amanecer del 17/18 de noviembre serán las más interesantes. Además, la Luna Nueva del 16 de Noviembre nos asegura cielos perfectamente oscuros, algo que siempre ayuda en estas observaciones. El color de estos meteoros será rojizo, y con frecuencia dejarán tras sí una estela de color verde que podrá verse durante unos pocos segundos. Si dudas, las Leónidas proporcionan un espectáculo digno de ver, y el de este año promete ser especial. Si vives en una ciudad muy grande e iluminada, ya puedes ir haciendo planes para acampar lejos de ella, y disfrutar -si es con una buena compañia, mejor- de las Leónidas más espectaculares del siglo. ¿Te apuntas?





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